jueves, 13 de agosto de 2009

Disculpa al Molt Honorable Francisco Camps

Disculpe el molt honorable
Si le interrumpo pero en el recibidor
Hay un par de hombres que
Preguntan insistentemente por usted

No llevan bigote, no…
No traen trajes de marca,
Tampoco regalos de valor


Quiero pedir disculpas a Camps por no saber lo fácil que se ganan los partidos jugados en casa. No escribo para contrariarle recordándole que este proceso aún no ha terminado; mi objetivo es disculparme. Disculparme por no ver el inmenso parecido entre la anchoa y un buen traje, tal vez si la señora Barberá hubiera explicado el símil en inglés, todos lo hubiéramos entendido mejor y, a la par, veríamos las virtudes de dar asignaturas como EPC en dicho idioma. Reconozco que fui escéptico al oír que se pagaba sus trajes y que, tras demostrarse lo falso de la afirmación, sus defensores trataban la mentira de "minucia", pero la pregunta es: ¿qué tendrá que esconder para mentir por una "minucia", tal como se dijo, como unos trajes?


Pido perdón por creer que el código ético de un partido se aplicaba igual a todo militante del mismo. Rajoy me demostró que no era así al aplicarlo con afiliados de menor rango sin ningún problema, pero con Camps vaciló; supongo que más adelante tendré que pedir clemencia por preguntarme el porqué. Entono el mea culpa por protestar el pasado 27 de junio ante las afirmaciones homófobas del obispo de Orihuela, junto a su intento de justificar el maltrato a la mujer. También por la impunidad de Camps al tratar su posible imputación como un ataque a todos los valencianos. Termino disculpándome ante el Excelentísimo Alcalde de Torrevieja por amargarle el plato de paella servido tras la inauguración, al cobrar protagonismo en los periódicos con nuestra protesta su contrincante a la presidencia de su partido este septiembre.





Carlos Sánchez Arenas

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